PROS Y CONTRAS DE LAS AULAS VIRTUALES

El aula virtual es una ventana abierta a la información y comunicación entre el docente y el alumnado. Este método didáctico es un recurso imprescindible para las actividades formativas de cualquier nivel.


Las aulas virtuales, en sus diferentes plataformas digitales, como moodle, ofrecen varias aplicaciones y opciones para que el temario y todo el material formativo necesario esté a disposición del alumno en cualquier momento y en cualquier lugar.


Otra de las peculiaridades de este sistema es el uso de mensajería directa, foros y correo electrónico para mantener el contacto con  del profesor con los alumnos y entre ellos mismos. El inconveniente de estas prestaciones es que la respuesta del docente no tiene porque ser instantánea y depende de la asiduidad con la que esta persona entre en la plataforma.


El aula virtual también ofrece servicios innovadores como vídeos, audios o ejercicios multimedia que ayudan a los alumnos a desarrollar sus conocimientos más allá  del mero estudio del temario y los apuntes digitales. Estos métodos ayudan en la parte práctica de los conocimientos y amenizan la forma de estudio.


También cabe destacar que el aula virtual tiene un sistema de estadísticas y calificación muy específico que ayuda al alumno a dividir y diversificar su tiempo de trabajo en la asignatura, además de conocer su evolución dentro de la asignatura.


Por otro lado, el uso de este tipo de aplicaciones ayuda a aumentar los conocimientos de los alumnos en el ámbito de la informática y la comunicación a través de Internet y a incentivar la personalidad autodidacta de cada uno de los usuarios.


La parte negativa de este tipo de sistemas es que se pierde la comunicación directa con el tutor que en ocasiones no tiene porque ser únicamente de ámbito formativo, sino que puede convertirse  en una relación personal. Ante esta impersonalidad, también hay que tener en cuenta que la motivación del alumno puede verse resentida si no se consigue mantener su atención y su interés.

En conclusión, las aulas virtuales funcionan bien como una herramienta de apoyo para una acción formativa pero aún falta desarrollo para que su funcionalidad sea como la de una clase con sus mesas, sus sillas y su pizarra.

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